CON INFORMACIÓN DE: REPORTE VIAL
La diosa del asfalto es el sexto largometraje del director Julián Hernández, al que han precedido trabajos con un amplio reconocimiento internacional y de importante influencia para nuestra cinematografía (Mil nubes de paz cercan el cielo, amor jamás acabarás de ser amor; El cielo dividido; Rabioso sol, rabioso cielo; Yo soy la felicidad de este mundo), al abordar lenguajes y temas innovadores que han dado una presencia contundente a las exhibiciones de sus trabajos, tanto en el circuito cultural como en las salas comerciales.
Esta producción es la segunda –después de Rencor tatuado– en la que Julián Hernández aborda un guion que no es de su autoría. La trama está inspirada en la historia de “Las castradoras de Santa Fe”, una de las bandas femeninas que operaban, en la década de los ochenta, al sur de la Ciudad de México –que convivió con la célebre de “Los Panchitos”–, cuyas integrantes eran jóvenes de entre 12 y 18 años que vestían chamarras de piel, jeans y botas de casquillo.
El tema abordado se ubica en los años ochenta y noventa; sin embargo, su vigencia como tema de discusión tiene una dolorosa actualidad que hace necesaria y urgente su denuncia y reflexión, y esa es tal vez su mayor virtud.
Protagonizada por actrices consideradas como nuevos y promisorios talentos: Ximena Romo (Esto no es Berlín, Como si fuera la primera vez) y Mabel Cadena (Hernán, Ingobernable), La diosa del asfalto es un largometraje que expone otro panorama del “empoderamiento femenino”, representado en lo colectivo desde un grupo de contracultura. A través de la historia de cinco mujeres, se busca destacar la aspereza y la austeridad en sus vidas, pero siempre destacando valores como la sororidad, lealtad, liderazgo y feminismo.